martes, 20 de enero de 2009

Placeres de una mujer

Empiezo otro blog sin ser tan cursi, sin desfogar aquellos sentimientos que muchas veces se asfixian en mi interior, simplemente relatare varias historias que traen una sonrisa a mi rostro. Empezare enumerando algunos placeres carnales y otros placeres simples que son necesarios en mi vida.

LA SONRISA DE UNA MUJER

Mis amigas, no comprendería mi vida sin el update semanal que llevamos de nuestros trabajos, familias, amigas, amores, las charlas interminables llenas de detalles esperando el consejo o simplemente la opinión de mis niñas, no importa si están cerca en la ciudad o varios kilómetros lejos siempre que miren a su alrededor encontraran un par de mujeres charlando.

Los cockteles, una lista sin fin de sabores que esperan en la ciudad, mis favoritos margarita, mojito, cosmopolitan, lo chistoso es perder la cuenta de los que llevas y cada que retornas a un bar tienes nuevas opciones por probar.

El vino, nada más delicioso que un merlot rosado, o un vino de especies caliente para una noche fría, sin importar el día o la hora, una copa siempre será bienvenida

Acurrucarse en los brazos de un hombre mientras ves una película, adoro una película con buenos argumentos, una gran banda sonora, frases que retumben en tu mente y que mejor compartirla en el pecho de un hombre, eso si, que me encuentre cerca no implica que no desea ver la película, solo quiero relajarme y la acción puede venir terminada la función. Cabe recalcar que odio los romances hollywoodenses.

El café en todas sus variedades, ese aroma penetrante exquisito, a las 4pm es casi una rutina infalible.

Un buen libro, yo dudo que el lugar más feliz del mundo sea Disney, para mi es una librería, un libro, un sillón y una ventana es mi sueño para la eternidad.

El baño de tina, extrañare ese lujo ya que mi nuevo departamento no cuenta con ello, pero adoro sumergirme en agua tibia con burbujas y fragancias, música de fondo y 2 horas solo para mi, para mimarme cada centímetro.

Por su puesto el sexo, que mejor placer que una sesión de buen sexo, sin importar el lugar, la hora, solo dejar que la pasión fluya, que la ropa vuele por los aires, que la respiración aumente su frecuencia y sientas cerca ese aroma de hombre en celo.

Caminar bajo la lluvia, quizá alguna visión absurda de ver a Gene Kelly bailando hasta enfermarse de neumonía, adoro caminar en la ciudad y una llovizna ayuda más, claro siempre que no tengas una cita importante esperando y lleves ropa adecuada.

Y recordare más gustos que puedo encontrar en la ciudad.